Política urbano habitacional, columna de Felipe Arteaga
Política urbano habitacional
Estamos viviendo un momento histórico. En Chile, cerca del 90% de la población vive en ciudades, mientras a nivel mundial es el 51%. Los temas relacionados con movilidad, integración, infraestructura pública, medio ambiente, entre otros, se han tomado la discusión pública, con una sociedad cada vez más empoderada que exige una mejor calidad de vida. Además, hemos visto cómo el país se ha convertido en uno de los principales destinos elegidos por familias extranjeras que deciden -o se ven forzadas- dejar su lugar de origen en pos de un mejor vivir.
Hacia atrás podemos constatar significativos avances en términos de reducción de la pobreza, alta cobertura de servicios básicos urbanos y de transporte público, fuerte expansión y dotación de grandes infraestructuras y mejores estándares urbanos.
En la actualidad, 1.528.284 personas, equivalentes al 8,6% de la población, viven bajo la línea de la pobreza medida por ingresos y el 20,7% se encuentra en situación de pobreza multidimensional (Encuesta Casen 2017). Fundación Vivienda estimó que el déficit habitacional cuantitativo según Casen 2017 abarca un total de 497.560 viviendas, de las cuales el 91,4% corresponde al fenómeno del allegamiento y hacinamiento.
Estas cifras son preocupantes: es un alza de un 27,1% respecto de la medición anterior, lo que cuestiona la efectividad de los programas de vivienda actuales, cuyo propósito también debiese ser resolver la segregación y precariedad en la que se encuentra un gran porcentaje de los barrios donde viven familias vulnerables.
Reconociendo y relevando los múltiples avances en materia de vivienda y ciudad, hoy debiese convocarnos una reflexión profunda y amplia sobre los desafíos pendientes. Nuestras ciudades requieren con urgencia una política que considere un plan a largo plazo, construido con acuerdos transversales que involucren al Estado, sociedad civil, comunidades, academia y empresas, que den continuidad a lo avanzado y prioridad para las comunidades y personas excluidas y postergadas. Se requiere visión de líderes generosos y valientes para crear una institucionalidad capaz de dar continuidad a las materias urbanas con instrumentos que trasciendan a los gobiernos de turno. Solo así podremos ver cumplido el objetivo de construir ciudades inclusivas, sostenibles y humanas.
Felipe Arteaga E.
Director ejecutivo
Fundación Vivienda