Las cooperativas son organizaciones modernas y sustentables, de gran impacto social

    El cooperativismo es una forma de gestión de carácter asociativo en la que sus integrantes obtienen igualdad de condiciones para la satisfacción de determinadas necesidades.

    Las cooperativas abarcan un amplio rango de actividades y, a nivel mundial, más del 12% de la población integra al menos una cooperativa.

    Aunque las primeras cooperativas surgieron a fines del siglo XVIII, fue en 1844 cuando un grupo de trabajadores textiles dieron forma al movimiento cooperativo en Rochdale, Inglaterra, luego de quedar sin trabajo a causa de una huelga, aportando cada uno un capital idéntico para la operación de una cooperativa.

    La Alianza Cooperativa Internacional indica que, al año 2017, las 300 cooperativas más importantes del mundo generaban un total de US$ 2,1 trillones, lo cual ilustra la gran importancia económica que tiene este tipo de organizaciones.

    La extensión de este modelo es tal que actualmente se estima que existen aproximadamente 3 millones de cooperativas a nivel mundial.

    Principios del Cooperativismo:

    La revisión más reciente de los principios de este tipo de organizaciones considera los siguientes puntos:

     

    Asociación voluntaria y abierta

    Las cooperativas son organizaciones voluntarias, abiertas a todas las personas capaces de utilizar sus servicios y que deseen aceptar las responsabilidades de la asociación, sin discriminación de género, social, racial, política o religiosa.

    Control democrático de los miembros

    Las cooperativas son organizaciones democráticas controladas por sus miembros, que participan activamente en el establecimiento de sus políticas y en la toma de decisiones. Todo hombre y mujer que desempeña la función de representantes seleccionados son responsables ante los miembros. En las cooperativas primarias los miembros tienen el mismo derecho a voto (un miembro, un voto) mientras que en otros niveles de cooperativas también se organizan de manera democrática.

    Participación económica de los socios

    Los socios contribuyen de forma equitativa al capital de la cooperativa y lo controlan democráticamente. Al menos una parte del capital suele ser propiedad común de la cooperativa. Los miembros normalmente reciben una compensación limitada, si esta existe, sobre el capital suscrito como condición de asociación. Los socios destinan los beneficios para cualquiera de las siguientes finalidades: desarrollar su cooperativa, posiblemente mediante la constitución de reservas, siendo una parte de ellas indivisible; beneficiar a los miembros en proporción a sus transacciones con la cooperativa; y apoyar otras actividades aprobadas por la asociación.

    Autonomía e independencia

    Las cooperativas son organizaciones autónomas de auto-ayuda controladas por sus miembros. Si llegan a acuerdos con organizaciones externas, incluyendo los gobiernos, o aumentan su capital de fuentes externas, lo harán de forma que aseguren el control democrático de sus miembros y manteniendo la autonomía de la cooperativa.

    Educación, formación e información

    Las cooperativas ofrecen educación y formación a sus miembros, representantes elegidos, directores y empleados, de forma que puedan contribuir de forma efectiva al desarrollo de sus cooperativas. Informan al público general – particularmente a los jóvenes y a los líderes de opinión – sobre la naturaleza y los beneficios de la cooperación.

    Cooperación entre cooperativas

    Las cooperativas sirven de forma más efectiva a sus miembros y fortalecen el movimiento cooperativo trabajando conjuntamente mediante estructuras locales, nacionales, regionales e internacionales.

    Sentimiento de comunidad

    Las cooperativas trabajan para el desarrollo sostenible de sus comunidades a través de políticas aprobadas por sus miembros.

     

    Algunas organizaciones cooperativas relevantes:

    Cooperativismo en Chile:

    Es de larga data la existencia de este tipo de organizaciones en Chile, creándose la primera mutual en Valparaíso el año 1854, y las primeras cooperativas propiamente tales en 1887, en esa misma ciudad. En lo sucesivo el movimiento avanzó rápidamente, y en 1924 se aprobó la primera ley que regula al sector en nuestro país.

    Actualmente las cooperativas chilenas están integradas por aproximadamente 1.400.000 socios en áreas como servicios eléctricos y de agua potable, agrícolas, de consumo, de ahorro y crédito, y por supuesto de vivienda, sector en el que las cooperativas han hecho históricamente un aporte fundamental al combate del déficit habitacional en sus dimensiones cuantitativa y cualitativa.

    Algunas cooperativas chilenas relevantes: